17 de agosto de 2010

Hoy hablemos de imanes naturales y magnetismo

La piedra "amante".
Este nombre tan poético fue el que los chinos le dieron al imán natural o piedra imán.
La piedra amante (tshu-shi) - dicen los chinos -, atrae al hierro, lo mismo que una madre amorosa atrae a sus hijos.
Es interesante que los franceses, que habitan el extremo opuesto del Viejo Mundo, le dieron al imán un nombre semejante, porque en francés la palabra "aimant" significa "imán" y "amante".
La fuerza de este amor de los imanes naturales es muy pequeña y por eso parece ingenuo que los griegos llamaran a la piedra imán "piedra de Hércules".
El nombre de "magnetismo" deriva probablemente de la ciudad de Magnesia, en la antigua Asia Menor , de donde procederian los primeros imanes naturales.
En Suecia, en los montes Urales y en Norte America se encuentran grandes masas de un mineral de hierro llamado piedra imán que químicamente es óxido ferroso férrico u óxido magnético (Fe3O4), que en realidad es una mezcla equimolecular de óxido ferroso y óxido férrico (FeO + Fe2O3).

De una monografía de Juan Carlos Avilés Morán extraemos algunos conceptos más sobre estos temas.

¿Por qué un imán natural atrae metales? ¿Por qué un sector del imán repele unas veces y atrae otras veces sectores de otro imán que le aproximamos?

Un iman esta constituido por un conjunto de imanes moleculares ordenadamente dispuestos con todos los polos nortes en la misma dirección (imanar - o imantar - es ordenar los imanes moleculares).
Los imanes moleculares se agrupan uno tras otro formando hileras que reciben el nombre de "filetes magnéticos". El hierro no imanado encierra, según este modo de ver, imanes moleculares agrupados sin orden alguno.
Entonces, en un imán todos sus imanes elementales estan orientados de igual forma mientras que en una sustancia no magnética los imanes elementales están orientados al azar.

Los extremos del imán se llaman "polos magnéticos" donde las fuerzas de atracción o repulsión son más intensas. Estos polos son el Polo Norte y el Polo Sur.
Polos iguales de distintos imanes se repelen en tanto que polos diferentes se atraen.
 
Cuando aproximamos los polos de dos imanes, de inmediato se establece un determinado número de líneas de fuerza magnéticas de atracción o de repulsión, que actúan directamente sobre los polos enfrentados. Las líneas de fuerza de atracción o repulsión que se establecen entre esos polos son invisibles, pero su existencia se puede comprobar visualmente si espolvoreamos limallas (limaduras) de hierro sobre un papel o cartulina y la colocamos encima de uno o más imanes.
 
Algunos materiales son diamagnéticos, lo que significa que cuando se exponen a un campo magnético, estos materiales inducen a su vez un campo magnético débil en la dirección opuesta. Es decir rechazan débilmente a un imán fuerte.
 
Los materiales ferromagnéticos son aquellos que son atraídos fuertemente por una fuerza magnética. Algunos materiales ferromagnéticos como las aleaciones de hierro, níquel, cobalto y ciertos materiales cerámicos, pueden retener estas propiedades magnéticas durante mucho tiempo pudiendo convertirse en imanes permanentes o materiales magnéticos.
 
Los materiales paramagnéticos son los metales que presentan una atracción débil a los imanes. El aluminio (Al) y el cobre (Cu) son ejemplos de estos materiales. Estos materiales pueden convertirse en imanes muy débiles, pero su fuerza atractiva se puede medir solamente con los instrumentos sensibles. La fuerza de un imán paramagnéticos es del orden de un millón de veces menor que la de uno ferromagnético, por eso estos materiales son considerados no magnéticos.
 

La temperatura afecta a las características magnéticas de un material. Así los materiales paramagnéticos pueden llegar a ser magnético a temperaturas muy bajas, mientras que a temperaturas altas los materiales ferromagnéticos pueden llegar perder sus propiedades magnéticas. La temperatura a la que un material pierde sus propiedades magnéticas se denomina temperatura Curie.

Y para ver cuán importantes son los imanes en nuestra vida cotidiana, cerramos este encuentro con un video.

¡Hasta la próxima!

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