Es una buena pregunta, ¿verdad? Me la han formulado muchas veces en los últimos cuarenta años, y desde aquel lejano comienzo me ocupé en intentar elaborar una respuesta que valiera la pena. Pero por más que lo intento no puedo mejor lo que en la década del 80 les decía a mis alumnos de la Escuela de Enseñanza Media de Ensenada a quienes intentaba enseñar la naciente Informática:
"Si la Física no te interesa, no estudies Física. Mi trabajo es mostrarte que la Física puede interesarte porque a mí me interesa y yo te cuento por qué. Si tengo éxito, decidirás sólo cuánto de Física quieres conocer."
En la escuela secundaria suelen interesar una materia en la medida que pueda resultarte atractivo el profesor o la profesora que la dicta. Y odiarás aquellas en las que quien debe explicarla te resulte odioso. Relacionas necesariamente una materia con un profesor determinado. Y eso está bien, porque a esa altura de tu vida no tienes otros elementos para evaluar la importancia relativa de una asignatura en tu vida, y tu vida es en realidad lo que te interesa. Porque estás atravesando una etapa muy dura y complicada llamada adolescencia y podría decir: "¿Con los problemas que tengo, por qué me tengo que hacer además problema con las materias de la escuela?"
En el dúo "profesor-alumno" hay un único integrante realmente responsable: el profesor. Es quien tiene la obligación de transmitir a todos sus alumnos (a todos ) los contenidos mínimos de una asignatura incluida en un plan de estudios por algún motivo, acertado o no. Y el alumno es el receptor de la información que solamente debe ayudar al éxito del proceso permitiendo en alguna medida que pueda concretarse.
El profesor tiene la obligación de "conquistar" el interés de cada uno de sus alumnos, todos ellos diferentes, para lograr que se "enamoren" de esa materia de la que ese profesor o profesora están enamorados desde hace años, supuestamente, y que por eso han elegido enseñar como resultado de un llamado ("vocación"), también supuestamente.
¿Por qué "supuestamente"? Porque la docencia no es un trabajo común. Es un fenómeno comunicacional en la que quien sabe algo lo transmite a quien no lo sabe. Y lo hace porque el conocimiento no es propiedad de nadie en particular. El que sabe algo es porque alguien se lo dio - todo profesor fue antes alumno - y tiene la obligación de entregarlo a quien no lo sepa. Si no lo siente así, que se dedique a otra cosa.
Está bien que en muchos casos cobre dinero por hacerlo, porque debe poder mantenerse en la vida, sostener su familia, tener sus descansos y continuar capacitándose para realizar mejor su labor. Pero el dinero es consecuencia y no causa. Si así no fuere, si "trabaja" de docente por un sueldo, entonces que deje su lugar a quien tenga realmente vocación y no perjudique a sus alumnos y a él mismo haciendo lo que no le satisface hacer.
El alumno no tiene obligación de aprender. El profesor tiene obligación de explicar (desplegar) la información mostrando que realmente contiene datos importantes e interesantes, para que luego de haberlo demostrado suficientemente pueda entregar al alumno ese material desplegado de modo de que éste comprenda (envuelva) nuevamente la información y haga que se incorpore a su memoria, es decir, que se haga parte de él.
Entonces, y pese a que podría continuar indefinidamente con este asunto, vamos a la respuesta para quien hizo el comentario que no publiqué por ser "anónimo" y gramaticalmente confuso, aunque muy claro en su cuestionamiento.
¿A quién le importa la Física? A algunos que han tenido la posibilidad de conocerla a través de las explicaciones apasionantes de profesores enamorados de esa ciencia, y que también han sido conquistados por ella. Pero serán unos pocos en cada grupo quienes realmente se sientan felices aprendiendo Física. La mayoría la soportará e intentará hacer lo justo y necesario para librarse de ella. Y para otros se transformará en un sentimiento como el de quien escribió el comentario, que me recuerda a lo que yo mismo sentía en Análisis Matemático cuando con una base deficiente intentaba comprender límites, derivadas e integrales, transmitidos por una profesora algo tonta que hablaba aburridamente de algo que si le interesaba mucho lo disimulaba bien.
Hoy ese mismo Análisis Matemático me parece un juego apasionante que plantea desafíos que disfruto resolver, aunque no dedicaría mi vida solamente a eso porque esa vida mía tiene muchas otras cosas que también me gustan.
Si no te importa la Física no te está pasando nada extraño. A mí me importan casi nada miles de asuntos a los que otros interesan tanto que se pasan los días en ellos. Y si he clasificado, por ejemplo, las aves en dos grupos: a) gorriones b) otros, no creo que sea por vocación de ignorante (o tal vez sí) sino porque con lo que yo no sé sobre todos los temas puede escribirse la enciclopedia más grande del mundo y lo que sé cabría en un folleto de unas pocas páginas..
Un abrazo afectuoso para quien escribió el comentario. Y otros miles más para quienes visitan este blog necesariamente imperfecto porque también es imperfecto quien intenta cada día construirlo, esto es, yo, haciéndolo con pocos conocimientos pero con mucho amor.
Prof. Daniel Aníbal Galatro
dgalatrog@hotmail.com
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