15 de junio de 2016

La edad límite de la genialidad


Adaptado por el Prof. Daniel Aníbal Galatro
Fuente: http://www.grandesmedios.com/joven-para-convertirse-genio/

¿Se necesita ser joven para convertirse en un genio?

El físico Isaac Newton, considerado por muchos el científico más influyente de la historia, es un claro ejemplo de esto, pues, realizo sus hallazgos a la edad de 25 años, pero su gran producción ocurrió a los 40 años.

Además de Einstein, está también Heisenberg (23 años), quien contribuyó a la física y a grandes magnates como Steve Jobs.

“Lo más interesante es que son casos muy raros y extraordinarios y eso llama la atención. Aunque los avances se obtengan más tarde”.

Ben Jones ha analizado estos datos y asegura que los premios Nobel, se obtienen entre la edad de 35 a 45 años.

Sophie Wilson diseñó a sus 26 años uno de los microprocesadores (ARM) una innovación que posibilitó la creación de procesadores más avanzados, los cuales utilizamos en los móviles de hoy.

Roald Hoffman ganó un Nobel en química en 1981 por diseñar una serie de reglas para descubrir los mecanismos de reacción en los productos químicos, su trabajo lo inició a los 27 años.

Tanto Sophie como Roald son ejemplo de que hubo un factor psicológico que ayudo a sus descubrimientos.

Ahora, sabiendo esto, ¿la experiencia no sirve en el campo de la ciencia?

Autoridad

Como afirma Schaffer “durante varios siglos, la autoridad crecía con la edad”, Copérnico es un ejemplo, ya que sus hallazgos astronómicos surgieron a su mediana edad, publicándolos cuando ya era muy mayor.

Harry Kroto obtuvo en 1996, el Nobel en química, por participar en el descubrimiento del fulereno, una nueva molécula de Carbono.

Para Schaffer, los niños, son los seres con mayor imaginación, y esta se desvanece rápidamente con los años.

Con respecto a esto, Sophie cree que los años han pulido su trabajo “sigo creando microprocesadores, los cuales son más complejos y son consideradas como mis obras de arte más perfectas, pues es el trabajo de una vida”

Mientras que Roald Hoffman afirma “cuando era joven hacia cosas que ahora no podría, aunque la experiencia ha incrementado mi intuición científica”

Ahora, si tengo 50 años, ¿puedo realizar aún mi gran descubrimiento?, para Hoffman, jamás se es demasiado viejo para ser un erudito, aunque quienes logran sus éxitos son aquellos quienes están empapados en sus proyectos.

Experiencia

Creo, que aparte del compromiso se requiere otro requisito para convertirse en genio, quizás sea la combinación de la experiencia y la ingenuidad para no aceptar las cosas como certeras.

Schaffer asegura que lo esencial es entrenarse en una ciencia que estemos dispuestos a destruir, “si realmente captas una disciplina y conoces sus puntos débiles, pero si no tienes nada para arriesgar es imposible que destruyas esa ciencia”, “es por eso que debe existir un equilibrio”, pues los científicos que alcanzan este punto mágico suelen alcanzar el éxito en sus proyectos.
¿Cómo llegamos a ese punto?

En este mundo, que parece que no hay nada nuevo para descubrir, es necesario aprender mucho más que hace 100 años atrás, es por eso que cada vez se demora más tiempo en hacer los descubrimientos. En resumen, los factores que ayudan a nuestra capacidad científica son: Tiempo, intuición, habilidad para no restringirnos y experiencia; aunque también es importante mucha libertad.

Explicado esto volvemos a la pregunta inicial, ¿se es demasiado viejo para convertirse en genio? La respuesta es que quizás, aunque existen factores atípicos.
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12 de febrero de 2016

Qué son las ondas gravitacionales


En física, una onda gravitacional es una ondulación del espacio-tiempo producida por un cuerpo masivo acelerado. Las ondas gravitacionales constituyen una consecuencia de la teoría de la relatividad general de Einstein y se transmiten a la velocidad de la luz. (Wikipedia)

EL UNIVERSAL
viernes 12 de febrero de 2016

Washington.- Equipos internacionales de investigadores anunciaron ayer la primera detección directa de ondas gravitacionales, un avance mayúsculo para la física que abre una nueva ventana al Universo.

El descubrimiento corona esfuerzos de décadas y confirma una predicción efectuada por Albert Einstein en su teoría general de la relatividad de 1915.

Las ondas fueron detectadas en septiembre tras 50 años de esfuerzos, gracias a los instrumentos del Ligo, que miden cada uno cuatro kilómetros.

France Cordova, directora de la Fundación Nacional Estadounidense de Ciencias, explicó que esta observación "marca el nacimiento de un dominio enteramente nuevo de la astrofísica, comparable al momento en que Galileo apuntó por primera vez su telescopio hacia el cielo" en el siglo XVII.

Las ondas gravitacionales son producidas por perturbaciones en la trama del espacio-tiempo por los efectos del desplazamiento de un objeto de enorme masa. El físico Benoît Mours, del CNRS, consideró que el descubrimiento era "histórico" porque "verifica una de las predicciones de la teoría de la relatividad".

Agujeros negros

Por este descubrimiento, los físicos han determinado que las ondas gravitacionales detectadas en septiembre nacieron en la última fracción de segundo antes de la fusión de dos agujeros negros. La posibilidad de una colisión entre estos cuerpos había sido predicha por Einstein, pero el fenómeno jamás había sido observado.

De acuerdo con la teoría general de la relatividad, un par de agujeros negros en que cada uno orbita en torno al otro pierde energía, produciendo las ondas gravitacionales.

Explorar el Universo

Por ello, "las ondas gravitacionales pueden ayudar a explicar la formación de las galaxias", dijo Shoemaker.

"La gravedad es la fuerza que controla el Universo y el hecho de poder ver sus radiaciones nos permite observar los fenómenos más violentos y fundamentales del cosmos, que de otra forma son imposibles de observar", dijo Tuck Stebbins, jefe del laboratorio de astrofísica gravitacional del centro Goddard de la Nasa.

El descubrimiento suscitó gran emoción en la comunidad científica. El profesor de física Tom McLeish, de la Royal Society de Londres declaró que esta noticia lo llena de alegría.

"El último anuncio de una importancia similar se remonta a 1888, cuando Hertz detectó las ondas de radio predichas por James Clerk Maxwell en las ecuaciones sobre electromagnetismo en 1865", escribió.


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