Un trabajo de casi 25 años ha sido necesario para redefinir el kilogramo y cambiar su orientación desde un modelo físico (la masa de un patrón material) hacia una constante universal.
Un reciente informe presentado en la Royal Society plantea esta redefinición en base a dos constantes universales bien conocidas: el número de Avogadro, que mide la cantidad de átomos de carbono-12 contenidos en 0,012 kg de este elemento, y la constante de Planck, usada para expresar el tamaño de los quanta, paquetes de energía electromagnética.
El actual prototipo data de 1889, y se custodia con todo tipo de precauciones en el Bureau International des Poids et Mesures, en Francia. Solo se ha manipulado algunas veces, pero se cree que se ha modificado ligeramente su masa. Tan solo en tres ocasiones, separadas unos 40 años, se ha comparado la masa del patrón internacional con las masas de las copias oficiales, y los resultados muestran ciertas divergencias en el tiempo: las copias muestran variaciones de aproximadamente 5 x 10?8 desde su primera calibración con relación al patrón internacional.
Por eso algunos científicos creen que ha llegado el momento de encontrar algún tipo de definición que permita construir el kilogramo a partir de esa información, sin necesidad de un objeto material. Esta intención está recogida en el trabajo "Redefinition of the kilogram: A Decisión Whose Time Has Come" presentado en un reciente meeting de la Royal Society, y publicado estos días en la revista Metrologia.
Si las propuestas de este grupo son aceptadas por la comunidad científica de metrólogos, las nuevas definiciones tendrían efecto en la próxima Conferencia General de Pesos y Medidas, que se celebra en París cada cuatro años. La próxima tendrá lugar en octubre de 2007.
El cambio supondría definir el kilogramo como constante universal. Una de las definiciones que se plantea se basa en la constante de Planck, lo que permitiría determinar el kilogramo a partir de un cierto número de fotones de determinada frecuencia. La otra definición se basa en el número de Avogadro, lo que permitiría determinar el kilogramo a partir de un número de átomos de un elemento.
Pero esto solo sería el principio. A medida que la tecnología mejore, es probable que sea necesario introducir nuevas definiciones más precisas. Aunque probablemente esto no suceda hasta dentro de unos cien años.
Fuente:
http://www.exploralaciencia.profes.net/ver_noticia.aspx?id=5757
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