Cuando vemos que un cuerpo en movimiento modifica su velocidad o su dirección, percibimos que algo ha actuado sobre él para que eso ocurriera. Pero ese algo no se nos manifiesta más que como causa oculta de un efecto visible. Es por eso que se hace difícil comprender de qué se trata.
Intentemos una justificación. Estamos sumergidos en un mar de energía, la que tampoco vemos más que por sus manifestaciones. Alguna vez en el tiempo, si el tiempo existe fuera de nosotros, una porción de esa energía modificó su vibración para general el átomo inicial -si es que lo hubo como aseguran. Y en ese punto del espacio se generó la que llamamos "masa" (aunque algunos persisten en darle el nombre de "materia").
A partir de ese instante - quizá - ese lugar de "orden en el caos" comenzó un proceso de retorno a la situación inicial, es decir, de volver a ser la energía que era. Y se inició un proceso de "fenómenos" mediante los cuales la "masa" disminuye su energía almacenada para que se haga mínima en su interior.
La energía interacciona así con la masa generando algo vagamente llamado "trabajo". Por eso definimos la energía como "la capacidad de producir trabajo". Y en las leyes de la mecánica, definimos ese trabajo como el producto de una "fuerza" por una "distancia".
Como suponemos la distancia como algo pre-existente, entonces la energía es la generadora de la causa del trabajo a través de la creación de una "fuerza" que se manifestará, por ejemplo, en una aceleración capaz de aumentar o disminuir la velocidad de un móvil o de cambiar su dirección.
¿Complicado? Siempre es complicado definir lo que no se ve, aunque en este caso tenemos una ventaja: podemos medir esa fuerza que no vemos, aunque lo hagamos a través de alguno de sus efectos. Y esas "zonas grises" de la Física son las que la hacen apasionante.
Gracias por consultar.
Prof. Daniel A. Galatro
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