18 de agosto de 2009

E pur si muove


Tenía setenta y nueve años de edad y su cabello y su barba eran tan blancos como la espuma. Sus ojos, que miraron al cielo a través de sus telescopios y observaron más que cualquier ser humano desde el principio de los tiempos, estaban apagados por la edad. Su reputación de ser uno de los más brillantes científicos de su tiempo fue la razón de que reyes, reinas disputaran sus servicios. Ahora estaba arrodillado ante el temido tribunal de la Inquisición, obligado a confesar públicamente un error que no era error: " Yo Galileo Galilei..., abandono la falsa opinión... de que el Sol es el centro (del Universo) y está inmóvil....Abjuro, maldigo y detesto los dichos errores". Algunos dicen que cuando el anciano se puso de pie murmuró para sus adentros: "E pur si muove" : Y sin embargo (la Tierra) se mueve (alrededor del Sol).
A veces no es fácil defender una convicción científica. "E pur" (y sin embargo) muchos científicos lo hicieron o lo intentaron hacer. Si hay algo en lo que crees, aunque todos te tilden de tonto o de loco, debes insistir en ello hasta que te convenzan de tu error por la razón y no por la fuerza. Quizá no lo logren, y así lo que crees será lo que todos crean después.

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