Los griegos descubrieron que al frotar la piel de un animal con un material llamado “ámbar”, éste atrae luego pequeños objetos, por lo menos durante unos instantes. A esta propiedad la llamaron “electrón” (ámbar), y a estos fenómenos les dieron el nombre de “eléctricos”.
Pero los estudios más organizados recién comenzaron en el siglo XVIII con el estadounidense Benjamín Franklin.
No se sabe realmente todavía por qué ocurren esos fenómenos. Se ha llegado a la conclusión de que la fuerza eléctrica es causada por la aparición de cargas eléctricas pero lo que se ignora es por qué en algunos cuerpos aparecen cargas eléctricas y en otros no, y qué son realmente esas cargas eléctricas. Es decir: se conoce más por lo que hacen que por lo que son.
Hay dos clases de carga diferentes. Cargas iguales se repelen y cargas distintas se atraen.
Los cuerpos se cargan porque se rompe el equilibrio natural entre el número de electrones y de protones que, en condiciones normales, son iguales. Cuando un átomo gana o pierde electrones se dice que está “cargado”. Por convención, se llama “positiva” la carga de un protón del núcleo atómico, y “negativa” la carga de un electrón de sus capas exteriores.
En un sistema aislado, la cantidad de carga es constante. La carga no se produce, sino que se redistribuye.
Pero los estudios más organizados recién comenzaron en el siglo XVIII con el estadounidense Benjamín Franklin.
No se sabe realmente todavía por qué ocurren esos fenómenos. Se ha llegado a la conclusión de que la fuerza eléctrica es causada por la aparición de cargas eléctricas pero lo que se ignora es por qué en algunos cuerpos aparecen cargas eléctricas y en otros no, y qué son realmente esas cargas eléctricas. Es decir: se conoce más por lo que hacen que por lo que son.
Hay dos clases de carga diferentes. Cargas iguales se repelen y cargas distintas se atraen.
Los cuerpos se cargan porque se rompe el equilibrio natural entre el número de electrones y de protones que, en condiciones normales, son iguales. Cuando un átomo gana o pierde electrones se dice que está “cargado”. Por convención, se llama “positiva” la carga de un protón del núcleo atómico, y “negativa” la carga de un electrón de sus capas exteriores.
En un sistema aislado, la cantidad de carga es constante. La carga no se produce, sino que se redistribuye.
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