13 de noviembre de 2013

Los últimos años de Isaac Newton


El 31 de marzo de 1727 moría Sir Isaac Newton. La causa de su fallecimiento fue un intenso cólico nefrítico como los que venía sufriendo durante años. Sus riñones lo habían hecho padecer muy intensamente haciéndolo seguramente desear que ese tormento terminara lo antes posible.

Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por la desgraciada controversia, de envergadura internacional, con Leibniz a propósito de la prioridad de la invención del nuevo análisis. Y no puede obviarse este enfrentamiento de gigantes como quizá el motivo principal del decaimiento de Newton que hoy diríamos que le hizo bajar sus defensas en su lucha contra la nefritis.

Gran Bretaña se había puesto del lado de su científico más notable. Jorge I le prohibió a Leibniz reunirse con él en Londres hasta que hubiera completado por lo menos un volumen de la historia de la familia Brunswick encargada por su padre casi 30 años atrás. Además, la inclusión de Leibniz en su corte de Londres habría resultado insultante para Newton, quien era visto como el triunfador de la disputa sobre la prioridad del cálculo y cuya posición en los círculos oficiales británicos no podría haber sido mejor.

Leibniz falleció en Hanover en 1716. Para entonces, estaba tan fuera del favor en la Corte que ni Jorge I ni ningún otro cortesano, más que su secretario personal, asistieron al funeral. Aun cuando Leibniz era miembro vitalicio de la Real Sociedad y de la Academia Prusiana de las Ciencias, ninguna de las dos entidades consideró conveniente honrar su memoria. Su tumba permaneció en el anonimato hasta que la Academia de Ciencias de Francia, la cual lo había admitido como miembro extranjero en 1700, volvió a traerlo a los primeros planos de la ciencia.

Pero mientras ambos genios mantenían su profundo conflicto, seguramente se dañaron su salud y ellos sucumbieron buscando un reconocimiento que finalmente llegó para los dos, a tiempo para Newton pero póstumamente para Leibnitz.

Tras muchas horas de delirio, Isaac Newton murió en medio de intensos dolores esa noche de marzo de 1727. Fue enterrado en la abadía de Westminster junto a los grandes hombres de Inglaterra.

Alguna vez había escrito: "No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando de cuando en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido."

Fue respetado durante toda su vida como ningún otro científico, y prueba de ello fueron los diversos cargos con que se le honró: en 1689 fue elegido miembro del Parlamento, en 1696 se le encargó la custodia de la Casa de la Moneda, en 1703 se le nombró presidente de la Royal Society y finalmente en 1705 recibió el título de Sir de manos de la Reina Ana.

La gran obra de Newton culminaba la revolución científica iniciada por Nicolás Copérnico (1473-1543) e inauguraba un período de confianza sin límites en la razón, extensible a todos los campos del conocimiento.

Fuente: Wikipedia
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